jueves, 8 de septiembre de 2011

Dime quién me lo robó

Mirábamos de pie por la ventana al sol,
al cielo, las nubes y a Dios.
Sabía yo creer el cuento sin razón,
al hada, la bruja y a vos,
sabía correr, podía reir,
y creo tambien que era feliz.
La escuela estaba ahí, esperando por mí,
mi patio, mi banco marrón.
Todo estaba muy bien, sí,
sabía la lección
de historia, de inglés o de amor.
Siempre fue igual mi profesor
siempre tuvo el la razón.
Un día descubrí que empezaba a crecer
reí, lloré y creí.
De pronto fui un varón que no tenía mujer
y quise poderla conseguir.
Que tonto fui! Se rio de mí
Y qué iba a hacer, me rei también.
Y ahora miro atrás un poco
y hace tanto que pasó,
y todo lo que yo amaa
ya no es mío y se escapó.
Y ahora estoy tan confundido,
y ahora hay humo alrededor
dónde está el sol?
dónde está Dios?
Dime quién me lo robó.
Y vuelvo a caminar
y empiezo a recordar:
mi casa, mi padre y Jesús,
y tengo que elegir,
ya es tiempo de partir
mi vida, mi amor y mi luz.
No se muy bien
qué voy a hacer
quiero a mi fe
quiero crecer.
Y ahora miro atrás un poco
y hace tanto que pasó,
y todo lo que yo amaba
ya no es mío y se escapó.
Y ahora estoy tan confundido,
y ahora hay humo alrededor
dónde está el sol?
dónde está Dios?
Dime quién me lo robó.
No se muy bien qué voy a hacer
quiero a mi fe
quiero creer.

Dime quién me lo robó
Intérprete: Sui Generis


miércoles, 4 de agosto de 2010

HISTORIA DEL QUE ESPERO SIETE AÑOS

HISTORIA DEL QUE ESPERO SIETE AÑOS
Jorge Allen, el poeta, amaba a una joven pechugona de los barrios hostiles.
Según supo después, alcanzo a ser feliz. Una noche de junio, la chica resolvió abandonarlo.
- No te quiero mas - le dijo.
Allen cometió entonces los peores pecados de su vida;suplicó, se humilló, escribió versos horrorosos y lloro en los rincones.
La pechugona se mantuvo firme y rubrico la maniobra entreverándose con un deportista reluciente.
El poeta recobro la dignidad y empleo su tiempo en amar sin esperanzas y en recordar el pasado. Su alma se retempló en el sufrimiento y se hizo cada vez mas sabio y bondadoso. Muchas veces soñó con el regreso de la muchacha, aunque tuvo el buen tino de no esperar que tal sueño se cumpliera.
Mas tarde supo que jamas habría en su vida algo mejor que aquel amor imposible.
Sin embargo, una noche de verano, siete años y siete meses después de su pronunciamiento, la pechugona apareció de nuevo.
Las lágrimas le corrían por el escote cuando le confeso al poeta:
- Otra vez te quiero.
Allen nunca pudo contar con claridad lo que sintió en aquellas horas.
El caso es que volvió a su casa vacío y desengañado. Quiso llorar y no pudo. Nunca mas volvió a ver a la pechugona. Y lo que es peor, nunca mas, nunca mas volvió a pensar en ella ni a soñar su regreso.
Historia extraída de "Crónicas de El Ángel Gris" de Alejandro Dolina.
Quien sabe que pasaba por la cabeza del poeta en ese momento, no?... Ella era todo lo que el quería hasta el momento de tenerla de nuevo. Luego se perdió la emoción y el misterio que conlleva perseguir un amor imposible... Porque razón uno podría desear más algo que no puede tener?... de eso se trata el Amor?, no. De eso se trata el deseo...
Una historia ordinaria pero con un mensaje importante... o una reflexión siempre pendiente, ¿porque es más atractivo lo imposible?... ¿por ser imposible?...
El misterio y el gusto por lo deconocido es lo que nos lleva a tan lamentables actos, pero solo conseguiremos quedarnos con el desengaño o quizás no, es la primera duda la razón para arriesgarnos...
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------->Martin

martes, 22 de junio de 2010

Carta perdida

Esta carta quedó varada en la central de un sistema postal. Por extraño que parezca fue así. Pareciera que el remitente que envió la carta olvidó poner destinatario al sobre. Eso parece, pero no se sabe si en verdad esa carta tenía un destino. Eventualmente los empleados del correo que clasificaban los sobres para hacerlos llegar a destino encontraron este sobrecito, mal cerrado, un poco sucio, desgastado y sin destinatario. ¿Que podrían hacer con el más que curiosear de que se trataba tal torpeza?.
Así fue como abrieron, leyeron y guardaron pegado en una pared esta hoja sin renglones, un tanto desprolija y escrita a puño y letra:


..."No te pongas mal. No todo lo malo puede ser tan malo. Todos vivimos momentos difíciles. Pero de eso se trata. Si algo aprendí de mis errores y malaventuras es que sirven, sirven mucho. De alguna forma no dejo de aprender de mis errores, pero el primer paso creo que fue aprender a aprender de los errores. 
Que una mala experiencia no te haga decir "nunca más", ¡no!. Quiero que aprendas a analizar, a analizarte, y intentes reparar el daño; si es que vale la pena. Si no vale la pena ten en cuenta que la vida es larga, las malas situaciones que vivimos quizás las hayamos vivido mil veces antes y si no podemos ver nuestro error en la nube que nos opaca la vista, entonces viviremos ciegos.
No te subestimes. Eres capaz de seguir adelante. Ya lo has hecho antes, claro que no siempre podemos darnos el lujo de ganarle una batalla a la vida y terminar sin un rasguño. Pero esas heridas no deben de doler, por el contrario, deben de ser la fuente de nuestro orgullo y fe.
Por último, y espero no tener que volver a escribirte. No vivas en el pasado, aprende de él. Vive el hoy, el ahora y lo inmediato. Lo que dejamos atrás es parte ya de una historia escrita y no está sujeta a modificaciones; aunque volver a leer esa historia muchas veces nos ayuda. Por eso debes usarlo para construir y disfrutar el presente.
Te preguntarás quien soy yo para darte consejos, ¿verdad?, pues no soy nadie. Solamente desperté de un mal sueño y quise desde este lugar tan lejano ayudarte a soñar como yo lo hubiese querido."... 




martes, 18 de mayo de 2010

Ya estaba en llamas cuando me acosté

La historia apareció en un periódico sensacionalista. Decía simplemente que los bomberos debieron concurrir a una casa en la cual salía humo de una de las ventanas del piso superior. Al entrar, encontraron a un hombre en una cama en llamas. Después de rescatar al hombre y apagar el fuego, formularon la pregunta obvia:
- ¿Cómo se inició en incendio?
- No sé. Ya estaba en llamas cuando me acosté.

Muchas veces nos acostamos en una cama en llamas y cuando despertamos no recordamos de donde salió el fuego. Parece irracional acostarse en una habitación en llamas, ¿verdad?, pero ¿que hay del que se arriesga a hacer algo sabiendo que va a sufrir?. No sabemos que pasaba por la cabeza de este hombre al hacer tal acto de suicidio, pero creo que lo que haya sido quizás tuviera más valor que su propia vida. O al menos por un instante haya sido así. 
Mil historias pasan por mi cabeza. Quizás hasta pueda imaginarme que de alguna forma me sucedió a mi. 
  • "Quid Rides? Mutato nomine de te fabula narratur"
    • Traducción: "¿de que ríes? , si cambias el nombre la historia habla de ti"
                                                                                                         Horacio.


lunes, 15 de febrero de 2010

Anhedonia

La noche se hace día nuevamente. Solo quiero descansar...
Mi cuerpo está agotado, mi mente está agotada pero mi corazón y mi alma siguen adelante. Esto parece no tener fin.
Quisiera poder arrancarte de mi y escapar lejos donde no puedas llegar. Pero es imposible. Estás en mi, en mis pensamientos, mis palabras, mis letras. Soy quien soy gracias a vos. A veces me esfuerzo por despojarme de todo lo que dejaste en mi, pero no me gusto; me desconozco.
Dejaste tanto en mi y sin embargo ¿Qué dejé en vos?. Alguna vez creí que solo fue filosofía barata y zapatos de goma, pero si algo de eso te acompañara hoy no me destrozarías así. ¿Que he hecho yo por vos?. Nada, es verdad. Tal vez es el deseo de retribución lo que me persigue o el saber que te dejé ir. De cualquier manera no estoy tranquilo.
Maldito sea al momento en que no te di lo que deseabas. Maldigo y me maldigo por no saber hacerte feliz.

El reloj no se detiene, las hojas del calendario caen cual hojas de árbol en otoño y las veo cubrir el piso. Solo la esperanza de tener tiempo por delante para cumplir mis deseos y promesas. Solo eso basta.

viernes, 8 de enero de 2010

Paseo nocturno

Son las 3:00 de la madrugada. Me despido de mi hermano y debería ir hacia mi casa pero algo me impulsa a no hacerlo. No quiero volver a casa; conozco lo que es una noche de insomnio, suelen ser un tanto deprimentes. Y esta es una de esas noches.
La tristeza y la esperanza me llevan a recorrer las calles vacías y solitarias de mi pueblo. Todo está casi igual que siempre. Pero esta noche de verano es como un caluroso invierno. Nada me hace pensar que este no es un pueblo fantasma. Puedo imaginar el mundo sin personas, las calles y casas des habitadas. Tal vacío refuerza y complementa el vacío que hay en mi interior. No quiero pensar en nadie y no puedo pensar que alguien piensa en mi, no este día, no a esta hora.
Camino en soledad. El sonido de mis pies en la arenilla. El viento golpea los árboles con calma, los acuna y silban a dúo. Todo es penoso. Mi alma está en pena.
Solo divagué dos cuadras y ya me encuentro en la plaza. Recuerdos de niñez. Los juegos y pinos donde trepaba a la cima del mundo. Me siento en un banco a contemplar la majestuosidad de ese pino que me deja el recuerdo de ver todo desde el cielo. Puedo detenerme en el tiempo, pero solo yo me detengo. La luna sigue su curso hacia el oeste; y no me espera.
Podría quedarme toda la noche aquí, o la eternidad tal vez. Pero nada lo diferencia de estar en otro sitio. Sin pensar camino de nuevo sin rumbo, esto será algo común en mi futuro y creo que no me sienta tan mal. Nada, ni un perro, ni un buho, ni un grillo. ¡Por Dios!, ¡ni un grillo!. Creía que el sonido de los grillos en la noche ilustraban la soledad. Me equivocaba. Nada lo hace mejor que una noche sin ese canto molesto.
Estoy cerca de casa, no creí querer volver, pero mis pies me llevan hacia allí. Camino por una calle ancha, árboles a la derecha y campo a la izquierda. Cruzo la ruta. De pronto una gota cae sobre mi brazo. Avanzo unos metros sin hacer caso y me detengo. Miro al cielo y solo veo estrellas, estrellas, y más estrellas. Era un concierto de luces titilantes al que le faltaba la música. ¿De donde vino esa gota?. No lo comprendo. Estoy parado en medio de la calle, solo pudo haber caído desde el cielo, pero esta completamente estrellado. Un bajo instinto me lleva a lamer mi brazo donde la gota de agua aún se conserva. Es salada cual si fuese una lágrima. ¿Una lágrima?. Una lágrima viajó desde la inmensidad del espacio, desde la eternidad del tiempo y cayó en mi. De golpe siento que la angustia me come por dentro, pero esa angustia no es mía. Siento un dolor ajeno que me ata y absorbe como yo absorbí esa lágrima. Comprendo que alguien lloró por su dolor, y al verme perdido en mi mundo, también lloró por mi. Quisiera abrazar a quien fuese propietario de tal obra. Pero no puedo, y se que el también lo querría.
Pienso en quienes ya no están. Quienes siempre imaginé me miraban desde el cielo y a quienes alguna vez le dedique un logro, una canción o solo una sonrisa.
Ya estoy en casa. El cansancio me hace caer rendido en la cama. Solo quiero dormir, sin soñar. Ya no me siento solo, no este día, no a esta hora.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Un día en la vida

Locomotion en la radio. Yo igual Quiero gritar Help!.
Esta tarde pesada de primavera me tiene desanimado. La atmósfera es muy densa a mi alrededor, no aguanto el silencio ni el bullicio, la gente me mira de forma extraña y respondo con un gesto que denota odio.
Volver a casa, por extraño que parezca, no me hace sentir mejor. Ella me espera.
¿Que les pasa a los vecinos?. Me saludan como si les cayera bien. ¿No ven que mis ojos dicen no te aguanto?. Y por dios callen a ese perro porque puede comer vidrio en cualquier momento.
Home, sad home. Todo a oscuras y todavía no anochece completamente, pero los edificios a mi alrededor bloquean todo rayo de luz que ose dar calidez a mi día. Solo la luz de stand-by del televisor a un lado de la puerta y el sonido del reloj antiguo en la pared opuesta permiten a mis sentidos decirme donde estoy parado después de haber cerrado la puerta. Pierdo un buen tiempo pensando en nada y otro rato decidiendo si encender luz alguna o permanecer en mi oscuridad.
El sillón donde cada día leo algo (lo que sea, libro, diario, revista, panfletos publicitarios...) es un buen sitio para pensar, cerca y casi a espaldas de la ventana permite la entrada de aire fresco, sonidos de ciudad, cotorreo de las vecinas que actualizan sus chusmeríos al caer el sol, los niños gritando en la vereda, el arranque de los vehículos después del semáforo, las bocinas, las sirenas, la música del heavy de arriba, la canaleta que gotea a destiempo con el tic-tac de mi reloj de pared. ¡Basta!. Mejor cerrar la ventana y los ojos.
Ahora creo sentirme mejor. Al fin mi mente en blanco o al menos en gris.
Un ruido a llave en la puerta, gira a un lado, gira al otro y abre. La paz termina.
-Amor, ¿estás en casa? .
Entra sin encender luces y sin percibir mi presencia. Solo el toc, toc de sus tacos me deja adivinar sus movimientos suaves, siempre suave. Camina cruzando el living en dirección a la cocina, rodea la mesa y se dirige a la mesada, cerca de la heladera. En la mesada deja algunas bolsas. Parece que viene del mercado. Abre la heladera para dejar algo dentro, pero algo sucede y cierra de un portazo la puerta de la heladera.
- ¿Que tiene que hacer una para que le arreglen al foco de la heladera?. ¡Es tan difícil convivir con un inútil!.
Intento limitarme solo a escuchar, pero no aguanto.
- ¡Si no cuidas la puerta de la heladera este inútil tendrá que arreglarla también!
Menudo susto le dí. Encendió la luz de la cocina, y luego corrió a encender la del living. Me miró a los ojos y con eso no necesité más palabras de sus labios, aún así, sin acercarse me dice:
- Ah, ¡estabas en casa!. Como siempre, ni lo noté.
Suficiente. Lo que le faltaba a mi día tras de haber cumplido con 10 horas de los caprichos de mi jefe, llegar a casa, mi casa, y tener que aguantar esto. ¿Porque es tan hostil?, no me merezco esto.
- Y como siempre, al llegar no estas aquí. Podrías al menos plancharme una camisa para mañana, o preparar algo para la cena que demore más de 10 minutos.
Eso basto para que me diera la espalda y subiera al cuarto, no me importa a que.
Me quedé sentado en el sillón, junto a la ventana. Volví a abrirla, y me quede contemplando mi lejano y deforme reflejo en la pantalla del televisor. No me dan ganas de encenderlo, solo quiero saber quien es el que se refleja en el. Su rostro está estirado a lo largo y a lo ancho. Parece más arrogante que el tipo que me mira cada mañana en el espejo del baño, ese si es un buen tipo. Pero, ¿quien es este?. Definitivamente no es el mismo.
Tengo hambre, no me va a venir mal cocinarme una vez. Si, eso va a alejar la maraña de pensamientos que me atormentan.
La comida está lista, realmente soy buen cocinero. Que tarde lo he descubierto.
Bombón, a comer!.
Pues si, le hablo a la pared. Cenar solo de nuevo.
Comer solo me trae a la cabeza todos los pensamientos que alejé cocinando. Definitivamente odio comer solo, aunque amo la soledad.
Tras comer dejo los platos para lavar. Solo para que ella tenga algo que hacer en la mañana. Subo a la habitación y la encuentro vacía. Entonces se abre la puerta del baño lo suficiente como para que se vaya un poco de vapor.
- ¿Ya cenaste?
- Te llamé y no respondiste.
- Claro que no repondí, no te escuche.
- Bueno, quedo algo en la heladera.
- No tengo hambre, comí algo en casa de mamá antes de venir.
Como no iba a estar hostil si viene de la casa de su madre. Esa vivora, manipuladora. Que diferente es de su marido, don José si que es una persona digna.
Al fin, mi almohada. Mejor trato de dormirme antes de que salga del baño.
Demasiado tarde, ya abrió la puerta. Aun esta adentro. Que hermosa es, con el pelo suelto, una remera mía de la que se adueño para dormir porque una vez dijo que mantenía mi olor. Sus pies descalzos. Lastima que ahora se acuesta y no duerme hasta arruinar completamente mi día.
Se acerca a la cama, no puedo evitar verla. Se quita la remera y el corpiño. Se acuesta junto a mi y me abraza tan fuerte como aquella vez cuando prometimos estar juntos por siempre.
- Te Amo, me haces feliz- me dijo.
No respondí. No hacía falta, ella lo sabe.


Otro día más en mi vida, hoy todo renace, todo es blanco. El tipo en el espejo del baño soy yo. Un tipo nuevo cada día.